Ahora que estás embarazada, tu cuerpo se transformará para alojar una nueva vida. En promedio, un embarazo son 280 días llenos de transformaciones que conducen al nacimiento de un bebé y una mamá.

 

Las primeras semanas

 

En general, las primeras tres semanas son imperceptibles en cuanto a síntomas. Es más, es posible que aún no te hayas dado cuenta de que estás embarazada, pero tu cuerpo comienza a prepararse para anidar el óvulo fecundado que se desarrollará.

 

Una vez que el óvulo y el espermatozoide se funden, alrededor de unas 30 horas después, la célula comienza a dividirse. Seis días después, la bolita compuesta por 12-16 células, ahora llamada mórula, entra en el útero y anida en la pared del órgano. Ahí comienza el desarrollo de tu futuro hijo.

 

Es posible que, hasta la cuarta semana, comiences a sentir cierta tensión en el pecho y te notes más cansada. Si bien estos síntomas pueden asociarse con la llegada de la menstruación, un test de embarazo podrá ser de utilidad para saber tu estado, pues en esta semana la hormona HCG (gonadotropina coriónica) ya aparece en la orina.

 

A la quinta semana, comienza a esbozarse el cuerpo de tu bebé. Hay mujeres que aún no presentan síntomas, pero sí un retraso en su periodo; otras, puede que empiecen a experimentar náuseas.

 

Dentro de los cambios más distintivos del primer trimestre de embarazo, podemos mencionar:

  • El sangrado de implantación.
  • Notar la piel un poco más grasa.
  • Congestión de las fosas nasales ocasionada por los cambios hormonales (como un resfriado).
  • La aparición de una pequeña panza debida a la distensión del útero.

Pese a estos síntomas, en la mayoría de los casos, al final del primer trimestre, el cuerpo de la mujer está completamente adaptado al embarazo, por lo que comenzará a sentirse mejor.

 

La entrada al segundo trimestre

 

En general, es definido como el trimestre más tranquilo, pues se tienen pocos trastornos y el bebé comienza a “sentirse”.

 

Algunos cambios importantes:

  • Aparición de la línea alba y ensanchamiento de las areolas de los pezones.
  • En la semana 16, algunas mujeres empiezan a notar un ligero movimiento del bebé, como un batir de alas.
  • El tamaño del útero comienza a presionar la vejiga, por lo que es normal que orines con mayor frecuencia.
  • Hinchazón de piernas y pies ocasionada por la relajación de los músculos.
  • Tienen lugar ligeras contracciones uterinas.
  • El ombligo puede saltarse un poco por el crecimiento del útero.

 

Tercer trimestre: la recta final

 

En la semana 27 da inicio el tercer trimestre. Ahora el aumento de peso sucede más rápido y tu cuerpo continúa preparándose para el parto, así como tus pechos para la lactancia materna, pues comenzarán a producir calostro.

 

Durante las siguientes semanas, los movimientos de tu bebé serán más notorios e intensos, pues el espacio que tiene comienza a quedarle pequeño. Asimismo, percibirás las contracciones uterinas de forma más constante, pues es la forma que tu cuerpo tiene para indicar que el momento del parto se acerca.

 

Tu bebé ya está prácticamente listo para nacer y, alrededor de la semana 35, intentará ponerse cabeza abajo, preparándose para el momento del parto. Las siguientes semanas deberás estar muy pendiente de tus síntomas, pues pronto escucharás el primer llanto de tu hijo.