La estimulación temprana es una herramienta que consiste en favorecer el desarrollo psicofísico del bebé desde los primeros meses de vida. Su objetivo es potenciar al máximo sus habilidades físicas, intelectuales y psicosociales.

 

Es importante señalar que la estimulación temprana no crea “súper niños”, sólo contribuye a mejorar y potenciar su aprendizaje futuro. Además, está basada en las pautas de desarrollo infantil, por lo que deben aplicarse con base en su edad.

 

Las 10 claves de la estimulación temprana

 

  1. La estimulación temprana debe entenderse como un juego, una actividad lúdica que nos permitirá pasar tiempo con nuestro hijo.
  2. Se basa en otorgar a las niñas y niños experiencias enriquecedoras acordes con su edad y nivel de desarrollo. No se trata de abrumarlos con estímulos que terminarán por confundirlos.
  3. Ningún ejercicio estimulador debe ser forzado. Si tu hija o hijo se muestra indispuesto o no le gusta la actividad, no debes obligarlo a llevarla a cabo.
  4. La estimulación temprana no pretende obligar a los niños a hacer ejercicios o actividades que, por su edad o desarrollo, aún no pueden hacer.
  5. En caso de que tu hijo no responda a cierto estímulo o actividad, no la realices tú en su lugar. Otro objetivo de los ejercicios estimuladores es generar autonomía e independencia.
  6. Si bien podemos ser guías de nuestros hijos, debemos dejarlos explorar por su cuenta y actuar de acuerdo a sus necesidades.
  7. El tiempo dedicado a los ejercicios estimuladores debe ser calculado conforme a la edad y nivel de desarrollo de cada niño. Los expertos recomiendan un aproximado de 20 a 30 minutos al día.
  8. Cada niño tiene ritmos de desarrollo y aprendizaje diferentes. No obligues a tu hijo a avanzar a la velocidad que a ti te gustaría.
  9. Las muestras de afecto no deben estar condicionadas por los aprendizajes de tu hijo. Para él es más necesario tu amor y cariño que tu aprobación por una actividad.
  10. Es preciso reforzar el aprendizaje con ternura, no desde la obligación.